En nuestra sociedad y en nuestra cultura estamos muy acostumbrados a valorar y poner el énfasis en estudiar y observar las cuestiones sicológicas a través de la palabra, del lenguaje. Y, aunque a veces las explicaciones verbales pueden ser muy buenas, intelectualmente hablando, lo que hacemos en sicodrama es poner todo eso en acción, en movimiento. Es decir, si alguien tiene algo que contar, en vez de hacerlo sólo a través del habla, también se actúa o se representa.

No es que las palabras estén prohibidas en sicodrama, no, no, porque siempre hay un relato, una expresión verbal, siempre hay una explicación de lo que nos pasa… Por ello en sicodrama no se deja de lado lo verbal, sino que, por el contrario, se lo jerarquiza para incorporarlo a un contexto más amplio como es el de los actos. De esta forma, como dice Jaime G. Rojas-Bermúdez, la persona “se hace cargo de lo que dice y responde con su hacer.

Además de eso, es como si proyectáramos una película o pusiésemos en imágenes lo que nos está pasando o lo que nos pasó o lo que creemos que nos va a pasar… de tal manera que en la puesta en escena intervienen, además de la palabra, el cuerpo, el tiempo y el espacio. Y no hace falta ser actor de teatro para eso porque no existe un guion previo que nos tengamos que aprender de memoria, sino que se trata de actuar o representar las situaciones o las cuestiones de nuestra propia vida.

El sicodrama es una metodología que utiliza la dramatización como factor esencial para integrar los diversos aspectos involucrados en la temática o situación que resulta conflictiva para una persona.

El sicodrama tiene multitud de aplicaciones, por ejemplo, en el MARCO SICOTERAPÉUTICO supone una herramienta muy valiosa para los sicoterapeutas porque posibilita trabajar con las escenas cotidianas, las escenas de relación entre las personas y, agregando esto a lo que la gente cuenta de su vida, se podrá observar no sólo lo que ocurrió sino las emociones y los sentimientos implicados en eso que pasó, y esto resulta muy útil a los profesionales de la sicoterapia ya sea que trabajen con individuos, con grupos, con parejas o con familias.

Lo mismo ocurre con las personas que trabajan en el CAMPO DE LA EDUCACIÓN para quienes el sicodrama puede ser un arma muy poderosa porque hay explicaciones muy abstractas que con el sicodrama pueden ser vistas de una manera concreta, lo cual es sumamente pedagógico. Además, el sicodrama contribuye a desarrollar la espontaneidad, el aprendizaje de roles sociales, el aprendizaje de materias escolares y a resolver problemas de interacción en el grupo.

Para las personas que trabajan en el MUNDO EMPRESARIAL también el sicodrama es muy útil porque se pueden tratar cuestiones como el clima organizacional, o en departamentos de recursos humanos, o para desarrollar y entrenar el rol profesional, y también para la supervisión del desempeño laboral, el control del estrés, los conflictos de grupo, el trabajo en equipo, etc.

Igualmente, para los hombres y mujeres que trabajan en INSTITUCIONES como hospitales, prisiones, centros de drogodependencias, o cuando se trabaja con la COMUNIDAD en inundaciones, accidentes… o en la INTERVENCIÓN SOCIAL, por ejemplo, en asuntos de violencia de género… o de marginalidad o con grupos de trabajadores sociales… Porque el sicodrama facilita la toma de conciencia y por lo tanto favorece el cambio.

El sicodrama es la primera metodología sicoterapéutica que ha integrado el cuerpo en acción a su sistema de trabajo.