La supervisión consiste en revisar todas las dificultades que surjan en el desempeño de un rol durante el quehacer profesional.

 

En el desempeño profesional pueden producirse conflictos atribuibles al rol, conflictos emocionales, conflictos intelectuales y afectivos, o problemas relativos a la estructura de nuestra propia personalidad (Rojas-Bermúdez y Moyano, 2012).

Por ello, la supervisión sicodramática del ejercicio profesional no sólo considera la actuación técnica: manejo de situaciones, intervenciones, metodología, toma de decisiones, etc., sino también todos los demás componentes que intervienen en dicha actuación: expectativas, pensamientos, temores, ideas, sentimientos, ansiedades, deseos, etc.

Junto con la supervisión, una cuestión importante a tener en cuenta es el entrenamiento del rol profesional porque cuando éste no está suficientemente desarrollado puede darse la confusión entre rol y persona, provocándose con ello situaciones generadoras de estrés y de tensión que dificultarán enormemente la labor profesional así como las relaciones con los roles complementarios.

Pueden supervisarse casos reales, simulados o escenas temidas. O sea, se trata de elaborar y buscar soluciones para aquellas dificultades y conflictos que se han encontrado o temen encontrarse a lo largo y ancho de nuestra vida laboral.